viernes, 28 de enero de 2022

El Árbol del páramo


A merced del mundo absurdo en el que vivo,
se levanta en un páramo remoto
el Árbol que siendo imposible de talar
es el más expuesto de morir
en post de antojos.

De seco se hace el más florido,
de débil el más aguerrido en suelo,
que siendo recto parece torcido;
que al acercarte se aleja
y al alejarse es contigo.
Más sólo él sabe su ventura.

Muchos son los que lo buscan 
llevados por la sinrazón,
que perdieron la cordura.
Otros se deslumbraron bajo su sombra
y sin saberse a su amparo,
ciegos en enojo no lo vieron,
y siguieron caminando
hasta llegar a fundirse con el ultramaro.

Lo cierto es que yo no sé
cómo fui a parar entre sus ramas,
si le escogí o me escogió,
si le cuidé o me cuidó
pero me amó;
y todavía me ama.

Ya no recuerdo si me hice alondra por celebrarlo
o si cantó mi nombre en el desierto
y se me mostró inverso,
más al verle me arrebató
y me dió cobijo 
haciendo de mi espíritu algo aliabierto.

Ya no me pierdo.
Y ya no me pierdo.
No me pierdo.


17/12/21 
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