domingo, 5 de mayo de 2013

Parada y pulso


Parada y pulso,
frenazo en seco de mi latir
afanosa en revivir
lo que de mí mataste.

Terca en redimirme
tras la muerte que me diste,
y recompuesta ya, me dispongo a llamarte a juicio
para volver a agitarte si en mis manos está.

Voy a ser sacudida huracanada,
que llene tu mundo de arena y se te meta entre los dientes
y haga de tus castillos fortalezas desoladas,
abatidas por la verdad que exhalo.

Has visto antes la Verdad hecha daga, amor mío?...
No hay mejor acero.

Rumores de bofetadas que suenan ya con mi vara agitada por el aire,
música que hará desciendas desde tu trono olímpico
para responder a mi pagana y humana justicia, de plebe.

Parada y pulso,
frenazo en seco de mi latir,
afanosa en revivir
lo que de mí mataste.

Avergonzada estoy del amor que te he tenido y helada en asco,
pues me perdí en el reflejo que sobre mi espejo
vi de ti...

Pasé por alto que mis tripas me auguraban desdicha
y ante el gozo insano de tenerte,
ante el placer que me daba abrir mis piernas para recibirte,
por nostalgia de tu olor, de tu carne y tu embestida;
de puro vicio...
sucumbí.

Has pisado el desierto sin llevar sandalias, amor mío?...
Dolor caliente.

Parada y pulso
frenazo en seco de mi latir
y empuje terco de mi espíritu obcecado
que muere y resucita cada día,
cada vez que a mi memoria vienes.

Tú enterraste mi conciencia en el pantano!

Pareciese que muriese por tocarte,
pareciese resucitase encabronada en hacer que comas tierra;
a veces ni siquiera se qué necesito más...

Baja dios y recibe el vino que dan las cepas de la vid que sembraste!
Prepárate para vestir digno la letra que te regalo y coso a tu ropa!
Voy a hacer de ti un resucitado.


Para lo cual, hoy te traiciono.





Bajo tu bata hay estrellas





Llevaba Gandalf el Gris un ropaje
En el mismo color que tu batica, juraría…
Clavaico, clavaico el tono
Pero algo más chica en tallaje.

Tu bata es grande y yo la uso a modo de cielo,
La pongo sobre nuestras cabezas
sembrando estrellas,
Que se encienden con cada suspiro que me arrancas.

Yo la adorno con luceros cuando posas tu fuego
Dentro del encendido sexo mío,
Por un instante éste incluso de mí se escapa, corriendo a buscarte
pa’ irse contigo.
Se me fuga! No lo gobierno! Tampoco quiero, cierto es.

Traidor Deseo… Dedos de Mago…Polvos dorados importados del país de Campanilla…
Vibras el mantra de Venus y ella acude a tu voz amante.

Si tiro del cinturón de tu bata-manta
Y giro sobre mí dando tres vueltas (que bien puedo) con los pies juntos,
Hago un cometa! Zas!

Un cometa que nos roza el pelo
Y nos despeina arrebatados
Derrochando una luz que no nos ciega;
Más de manera pausada empaña la vista.

Bruma nocturna que sella la entrada de tu cueva
Y que sólo se levanta cuando nos miramos,
Yo en ti,
Tú en mí,
Fijamente. Sudando Cuervo.

Y acabamos como siempre,
Haciendo un alud precipitado
Por un blues en contención jamás tocado por humana mano.

Llevaba Gandalf el Gris un ropaje
En el mismo color que tu batica, juraría…
Clavaico, clavaico el tono
Pero algo más chica en tallaje.
Él mataba trolls con su varita,
Tú despiertas a Afrodita
A golpe de guitarra…

Ella porta el saco mágico que le ofreciste, con un mechón de tu cabello.

Bajo tu bata hay estrellas y una Luna cómplice de los furtivos besos...