sábado, 24 de octubre de 2020

Toca, toca

 Toca matar cada beso,

aunque aún ha quedado en mí la rebeldía de volver a intentarlo

y ha de morir o muero yo

por elegir amarte en pos de mí.


Más después de tanto darte,

de tanto brindarte mi espera,

de colmarte con ansiarte, 

de vestirte con la piel que en jirones haces de mi pellejo entrega hacia ti; 

voy y me pongo a salvo...


Toca arreglar el descalabro que año tras año me diste en pago,

toca flotar, no sucumbir en el deseo que antaño me postro ante tí;

permanecer recogida, a cobijo y protegida,

en contraposición de lo que escogiste para darme.


Toca anclarme en mí, 

toca enterrarte vivo,

negarte el asilo que te dio mi sexo,

toca el silencio del latir pues llegó tu hora.


Negarte mis ojos para en ellos verte, dejar de complacerte,

ahogar el ruido en compás de esa cancioncilla que voy a meter en un saco para volver a mí,

para dejarte a tí , para que nada quede.


Y esta resurrección que requiere el sacrificarte, 

no hace sino poner de relieve lo incapaz de amarte tú;

pues habiendo sentido y teniendo lo que yo soy y seré para contigo,

aún no me ves, todavía. Todavía.


Toca que abras los ojos y para entonces me habré ido.


De mí más nada.


2020 Copyright