sábado, 19 de octubre de 2013

En tornasol





Amarillo tirando a verde son los mimos
que me guardo en el dobladillo
del vestido de Domingo
esperando que me invites a las feria.

Amarilla me pongo cuando me dejas por…
No se qué
y cuando me lo explicas es aún peor
porque no entiendo ese por qué.

Ya no es rojo mi enfado,
si no un enojo amarillento
en pretensión de llegar a un verde sencillo,
que concluya en el mirarnos tu y yo
y sosegarnos del todo al reinarnos.

Adquieres entonces tú y como respuesta
un tono amarillento ceniciento,
tirando a un verde ahogado en esperanza
y a la vez sediento de vivir,
que es como el contratiempo de habernos conocido;
y nos lleva a tragar un amarillo chantaje que no es nuestro,
amarillo egoísmo ajeno,
amarillo proyectado en lo que en otros despiertas
y ciegos, no te ven cómo eres:
Azul.
Azul cielo.

Cuándo vas a terminar de afianzar tu azul celeste sobre mi azul relámpago?

Yo azul tormenta precipitado en Verano…
lamo siena tostada
y soy capaz de hacer con mi lengua magenta;
incluso negro humo que de a luz
un universo nuevo para ti;
donde sólo tengamos que latir,
como hacemos al vernos.

Y los besos sean:
Rosa bocado,
blanco pureza,
rojo forjado en carmín
y violeta libre…

Apelo, amante mío, a tu azul cielo.

Imagen tomada de Jos33llo 2012.

A.
(Siempre he pensado que este poema sólo lo entiende quien pinta. Sin corrección)




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