Hay un espacio vacío
que hace de muro entre lo tuyo y lo mío.
No crece nada en el foso,
no transita ni el agua que estancada guarda el señor Miedo.
No hay cerca sino campos baldíos,
privados de fruto,
demandando riego;
gotas perdidas de la fuente que se secó un día.
Hay un hueco entre tu pecho y el mío
que se alimenta del puro temor
de volver a poner el mecanismo del latir en marcha.
Yo me amparo en mi ansia fría de ti,
tú en el desapego desilusionado.
No hay fe, ni ganas de creer siquiera;
desazón que justifica el hastío de no querer volver a vivir
lo que nos hizo padecer lo ya vivido...
Y en todo esto gobernamos nada en absoluto,
siendo esclavos de la no ilusión,
siendo temerosos del desapasionamiento;
dolientes.
Y al no reconocer lo que padecemos;
que nos ha de quedar salvo morir sin cura?
Hay un espacio vacío
que hace de muro entre lo tuyo y lo mío.
No crece nada en el foso,
no transita ni el agua que estancada guarda el señor Miedo.
Invierno 2011
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